martes, 22 de septiembre de 2009

Todo un kapullo






Por Malabarismo se entiende al arte de manipular y ejecutar asuntos políticos con uno o más objetos a la vez volteándolos, manteniéndolos en equilibrio o arrojándolos al espacio público alternativamente, sin dejar que caigan al suelo. Los asuntos malabares son juegos que por su dificultad y belleza hacen necesaria cierta habilidad psicomotriz así como talante por parte de quién los realiza para llevarlos a cabo. Para ello, el malabarista se sirve de diversos ayudantes, principalmente de los ministros, pero también de los asesores de imagen, jefes de gabinete, secretarios, videntes, trileros, carteristas y un largo ect. Los juegos malabares son unas de las atracciones clásicas del circo político. De cara al público son vistosos porque parece que es casi imposible hacerlos y el respetable, fascinado, entra en un estado de hipnotismo placentero. Ésto nos conecta con otra tendencia del espectro político que trataremos otro día:

El ilusionismo y su militante, el Ilusionista.


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